Joseba Achotegui, psiquiatre de Sant Pere Claver- Fundació Sanitària escriu al Diario Público sobre la salut mental en temps difícils. Compartim l’article. “El pánico, el miedo, son tan peligrosos en un incendio, como el propio fuego. Muchos de los mayores descubrimientos de la ciencia han sido anti intuitivos: la tierra no es plana, ni el sol gira a nuestro alrededor, el universo tiene su origen en el Big Bang, una gran explosión… nada de eso capta ni por asomo nuestra intuición. Hasta la propia idea de la evolución es anti intuitiva. Todos estos grandes descubrimientos se han basado en la razón, en el trabajo minucioso de personas que observaron, comprobaron, anotaron cuidadosamente sus datos, reflexionaron largamente.
Sin embargo, en nuestro modelo de sociedad, se exalta el valor de la emoción y la intuición y se considera que la razón es un instrumento poco fiable, trasnochado, fatigoso por no decir pesadísimo, una antigualla, vaya, y desde luego poco adecuado para moverse en el trepidante y fashion mundo de hoy, que palpita a ritmo de corazonadas. Todo conspira hoy contra la razón, convertida en la pieza a batir.
Sin embargo, la razón –del latín, ratio, proporción, – es una poderosa garantía de adaptación activa al medio y constituye uno de los mayores legados que nos han dejado millones de años de evolución. Nada nos da más autonomía del medio que la razón. Las emociones son circunstanciales, reactivas, cortoplacistas. La emoción se define como una propensión automática a la acción, un resorte, que ha sido modelado por la evolución para ofrecer respuestas rápidas a situaciones previsibles. Pero si surge la razón es para poder adaptarnos a otras realidades mucho más complejas. La razón permite ver más allá, ver las ratios, las proporciones de los elementos de la realidad, lo cual es fundamental en momentos de cambio e incertidumbre….”